viernes, 1 de abril de 2011

Un debate sobre la torrija

La torrija no es un postre, es una discusión. Al igual que ocurre con la tortilla de patatas, hay un momento en el que hay que tomar una decisión. En el caso de la tortilla el debate es, por supuesto, con cebolla o sin cebolla. ¿Y en el de la torrija? No puede estar más claro: ¿con leche o con vino?
Igual que hay quien prefiere la tortilla con cebolla, habrá quien prefiera las torrijas con vino. Aquí no estamos para juzgar los gustos de nadie, pero no por falta de prejuicios, sino porque nos reservamos la opinion, así que vamos a hablar de las torrijas hechas con leche como si las otras no existieran.
Lo primero que vamos a necesitar es pan duro. Ahora, si se pasan por la confitería o la panadería, verán que ya tienen panes especiales para hacerlas. Seguro que están riquísimas pero qué va a hacer con las sobras de ayer. Ande, eche mano de lo que quede que viene el año muy 'achuchao'.

Foto: Eduardo.

Corte el pan en rebanadas y ponga a hervir leche (medio litro o así), con canela y una corteza de limón. Después bañe las rebanadas de pan y dejé un rato que se empape bien para que coja sustancia. Un rato viene a ser el tiempo que duran los anuncios en una televisión privada. Una vez bien remojado el pan, páselo por huevo batido, fríalo en aceite de oliva bien caliente hasta que dore y sáquelo para que escurra bien. Ahora puede endulzarlas con un almibar, con miel, o pasarlas por azúcar y canela en polvo. Tome su decisión.
Por cierto, dice la Wikipedia que la torrija "es un alimento de origen humilde que satura pronto al comensal y le mantiene aliviado de la necesidad de probar algún otro plato de carne (alimento sujeto a abstinencia en la cuaresma)". No sé en su casa, pero eso de que satura pronto al comensal parece una afirmación de lo más atrevida. Haga otra remesa por si acaso.

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