martes, 15 de febrero de 2011

Morritos finos: Apicio

Mire su cuenta corriente. ¿Le han entrado ganas de echarse a llorar? Eche un vistazo a su alrededor y vea como reprimen los demás 'El Gran Llanto'. Si le parece un magro consuelo, piense en Apicio, pobre, que él sí que lo paso mal. ¿Que quién es ese? Buena pregunta.
Apicio era un señor que habitó por Roma allá por el siglo I a.C., cuando aquello era todavía un imperio, y que se ponía como las garrapatas cada vez que se sentaba a la mesa. Puede creer que tampoco sería para tanto y estará en su derecho, faltaría más. Juzgue usted mismo.
Aquí van un par de platos de los que podía servir en uno de sus banquetes, para que se haga una idea de con quién nos jugamos los cuartos: flamenco con puerros, cilantro, dátiles y vino cocido; y guiso de grulla con ciruelas de Damasco, semillas de apio, comino, cebolla, ligústico, vino con miel, vinagre, pimienta, garum y aceite. Por cierto, los mercados de entonces estaban tan llenos de grullas como el mercado que tiene al lado de su casa.
Si las recetas anteriores le parecen extravagantes, no se cómo va a calificar a ésta: vulvas de cerda rellenas con pimienta, semillas de apio, menta, laserpicio, miel y garum. Las pueden encontrar, las recetas, en el libro "De re coquinaria", que se le atribuye.


Comprenderá que para llevar ese tren de vida, el hombre debía ser un poco gastoso, así que se pulió el solito, con ayuda de sus invitados claro, unos sesenta millones de los antiguos sestercios, si hemos de hacer caso a Marcial. Aquí dicen que el sestercio está hoy a 1,60€, así que haga cuentas.
Para su desgracia, Apicio también hizo sus números cuando le quedaban diez millones de sestercios. Calculó el precio de fletar un barco para traer quisquillas desde Libia y otras minucias que le gustaba disfrutar y concluyó que no le llegaba. Desesperado al constatar con cuanta crudeza le trataba la vida, decidio que sólo le quedaba una salida: cogió una buena copa, la llenó del mejor veneno y, gran glotón, no dejó ni una gota. Descanse en paz.

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