martes, 22 de febrero de 2011

Comérselo todo

Usted es de los que presumen de comerse todo lo que se le pone por delante. Tenga cuidado con sus afirmaciones porque uno, aquí va un pensamiento trascendental, es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. También podría ser al revés, pero si lo dice en tono serio y con autoridad seguro que no se lo cuestionan. Por eso, vamos a poner en tela de juicio sus convencimientos.
La primera prueba a la que se agarrará es que es usted un degustador de la más fina casquería nacional y que disfruta como un niño pequeño moviendo el bigote con sesos, asaduras y cabezas de cordero asadas. Minucias, es lo que usted esgrime, aunque sea capaz de comerse los ojos. Salgamos de España, por coger algo de distancia, aunque sin irnos muy lejos, por ahora. ¿Ha oído hablar del casu marzu?
El casu marzu es un queso de Cerdeña que se caracteriza por estar bastante poblado. No por mohos, que eso lo tiene hasta un cabrales, no, sino por hermosos gusanos. Hay una mosca por la isla que encuentra este producto tan delicioso como sus habitantes, así que lo coge como cálido hogar para sus larvas. El tiempo y la naturaleza hacen el resto. Al parecer está prohibida su fabricación, pero ya sabe lo que hacen los italianos con esas minucias legales (discúlpenme, que no quiero meterme en política). Les voy a ahorrar el vídeo, que pueden encontrar aquí, bajo su responsabilidad, pero no me resisto a ponerles la foto.

Foto: Shardan.

Había que elegir una imagen, y así se puede prescindir de la siguiente, que es la de los escamoles. Hemos cambiado de continente, pero todavía nos entendemos que por algo hablamos el mismo idioma que los mexicanos. Si un día quiere celebrar bien por esas tierras, aparte de agarrar la botella de tequila, pida una ración de estas bellas hormigas que además cuestan un potosí.¿Sigue sin hacerle ascos?
Le advierto que esto crece, así que puede dejar ya de hacerse el hombre o la mujer de mundo, que ahora vamos a jugar fuerte. Termínese la botella de tequila de antes, que lo va a necesitar antes del plato estrella: el balut. Lo voy a decir suave para que duela un poco menos, pero es el embrión de un pato cocido. Ni siquiera le voy a enlazar imágenes, que ya se encargará usted de buscarlas. Sólo dígame: ¿de verdad se comería cualquier cosa?

3 comentarios:

  1. Puajjjj!!! Debo ser muy remilgadita......

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  2. A mí tampoco me hace mucho el probarlo, pero si no fuesemos tan finos y si en vez de escribir en una carta de restaurante nos pusieran LUBINA A LA SAL, escribiesen DELICIOSO PEZ MUERTO, ¿Lo comeríamos?

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