"¿Y si bebe un poco de vino?", sugirió. De paso, le propuso acompañarlo de un picoteo, no sabemos si por matar el hambre o para que no se le subiera a la cabeza. "Mal no hará", debieron pensar, e iniciaron el tratamiento. En pocos días, mejoró la salud del paciente, lo que está bien, y cambió el destino de España, lo que está mejor.
El poder no sólo hay que tenerlo, sino que hay que saber usarlo, y nuestro ex enfermo cumplía las dos condiciones, que para eso era rey de Castilla. Alfonso X, decidido a dejar huella en la Historia, ordenó que, a partir de ese momento, no se sirviera en todo su reino chato de vino sin su correspondiente tapa, no fuera que sus súbditos desfallecieran o incluso se les nublara la vista. No pensó el hombre que eso quizá incitaba más al bebercio, pero tampoco se puede estar en todo.
Foto: Juan Mejuto.
Dejando de lado la veracidad o no de la historia, que un poco dudosa sí que suena, lo importante es que la tapa es un puntal de la gastronomía y como tal hay que honrarla. Por eso, hoy le proponemos un menú frío digno de reyes: patatas fritas en aceite de oliva con mejillones en escabeche, boquerones con anchoas (lo que se conoce como un matrimonio), ventresca de bonito con pimientos del piquillo y unos buenos espárragos, de esos que dicen que otro rey llamó "cojonudos". Sólo le queda elegir una botella de vino. Disfrute el fin de semana.
Yo me apunto este fin de semana a ir de tapas y vosotros?
ResponderEliminarSí! Con este buen tiempo yo creo que seremos una invasión en los bares!
ResponderEliminarElena, Anónimo, veo que vuestro fin de semana promete sufrimiento extremo. Disfrutad.
ResponderEliminar