martes, 2 de noviembre de 2010

Cuentos chinos

Marco Polo se trajo la pasta de China. Esto fue allá por 1295, cuando volvió de aquellas tierras orientales después de más de 15 años, donde llegó a ser emisario del primer emperador de la dinastía Yuan, el Kublai Khan. Eso es lo que dice la leyenda. Por China dicen que por supuesto que inventaron ellos la pasta. No lo tienen tan claro en Italia.
Por esas tierras transalpinas comentan que ya se encuentran materiales para amasar pasta en los murales etruscos. Teniendo en cuenta que el pueblo etrusco habitó la Toscana entre los siglos IX y I a.C. parece verosímil pensar que no fue el gran explorador veneciano el que introdujo tan sustancioso alimento en la dieta de sus compatriotas. Claro que también hay quien sugiere que la introdujeron los árabes cuando dominaron Sicilia, entre 965 y 1072.


Para completar un poco el cuadro, en 2005 aparecieron unos restos fósiles en China de un bol de fídeos que tendría unos 4.000 años de antigüedad y que se localizó en un asentamiento neolítico en Laia, al noroeste del país. Un prodigio de conservación, sí.
Sea como fuere, el caso es que la pasta se compone de harina y agua y a lo mejor, vaya usted a saber, hasta se le ocurrió mezclarlas a dos personas en distintas partes del mundo. Observe a un tierno infante en una playa con un cubo y una pala y comprobará que tampoco hay que viajar miles de kilómetros para aprender a juntar elementos sólidos y liquídos. Otra cosa ya es la maña que se dé cada uno, así que aquí, ahora que estamos hablando playas, vamos a aportar nuestro granito de arena con una receta de nombre muy corto:

Raviolotti con Polenta y Montasio D.O.P con dados de patata, setas y pecorino

Ingredientes para cuatro personas (según lo que coman):
500 gr. de raviolotti
150 gr de patata
190 gr de setas variadas
40 gr de mantequilla
un poco de cebolla
un chorrito de leche
un chorrito de vino blanco
sal y pimienta
perejil
albahaca
tomate maduro
pétalos de pecorino

Elaboración:
Pelar y cortar las patatas en dados pequeños y hervirlas en agua salada durante un minuto antes de freírlas y salpimentarlas al gusto. Por otro lado, pochar la cebolla con la mantequilla, añadir las setas y dejarlas dorar. Añadir el vino blanco, dejar que evapore el alcohol y mezclar con las patatas.
Cocer los raviolotti en abundante agua y sal, colarlos y añadir la salsa de setas que hemos preparado junto con un chorrito de leche. Espolvorear el perejil por encima. Servir con albahaca, dados de tomate crudo y pétalos de queso pecorino para completar el plato. Sentarse a la mesa y disfrutar.

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